El día 7 de noviembre es el Día de la Iglesia Diocesana. Un día para recordar que no vivimos la fe en solitario, sino que juntos, en familia, logramos mantener una parroquia apasionada y activa.
En la parroquia nacemos a la fe y en ella descubrimos que somos una familia dentro de otra gran familia, la de los hijos de Dios. Por eso, una vez al año celebramos de una manera especial ese sentimiento y recordamos lo importante que es poner lo que somos al servicio de los demás.